Ignacio de Loyola bajó a pie de Montserrat a Manresa, era el año 1522. Aquí pasó once meses, un tiempo de importancia capital para su vida y para la que más adelante sería la Compañía de Jesús. Su lugar privilegiado de oración fue la Cueva. Se trata de una cavidad sobre el río Cardener, excavada por la erosión fluvial del Terciario. Alrededor de la cual se alza el actual Centro de Espiritualidad. La experiencia aquí vivida por San Ignacio fue el origen de su libro Ejercicios Espirituales.
